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Gurús del éxito express

Gurús de éxito express

El pasado viernes dediqué un rato a las redes sociales. En realidad, ahora mismo solo miro LinkedIn e Instagram. Me centré en Instagram y, al poco tiempo, me apareció el anuncio de un chico que me explicaba que mi negocio iba mal porque no sabía organizar bien mi actividad comercial.
Por suerte, él podía enseñarme —en un vídeo rápido y, por supuesto, comprando luego su método en un curso— cómo tener éxito y convertirme en un crack.

Me dio curiosidad ver cómo están modulando hoy en día el discurso de venta y “engañé” un poco al algoritmo para que me salieran varios anuncios seguidos de ese tipo. Algunos eran fascinantes (por lo trabajados que están); otros, increíbles (los deportivos, los que graban desde oficinas en Dubái…).
Pero me llamó especialmente la atención uno que simulaba ser una entrevista a un chico al que le preguntaban:

“Manuel (nombre inventado), ¿cómo te sientes al ser millonario con 22 años?”

El tal Manuel, en un alarde de generosidad, comentaba que ya era un filántropo y que quería ayudar a la gente.
No a todos, claro. Solo a los seleccionados: los que estuvieran dispuestos a darlo todo, a invertir (porque las cosas no son gratis) y a seguir su método.
Brutal.

Pues bien, hoy me he despertado con esta noticia:

“Estos abogados han logrado la primera sentencia contra un gurú de la red y su curso para ser rico.”

Una noticia de El Confidencial que cuenta cómo un despacho de abogados de Madrid ha conseguido la primera condena civil a un “experto” en vender cursos para hacerse rico.
Ole, ole… la que se nos viene. La de cambios que puede traer esta sentencia.

Para quien quiera más detalles: una persona compró a uno de estos gurús un Máster de Experto en Tráfico Online para convertirse en “trafficker digital” de la noche a la mañana. Pagó casi 5.000 euros, y cuando tuvo acceso al contenido se dio cuenta de que el máster era un bluff, que no aprendería nada.
Pidió el reembolso, pero el gurú se negó.

Así que esta persona acudió a unos abogados que, aun sabiendo que solo las pruebas periciales costaban más que el propio máster, decidieron asumir el caso. Vieron el filón de negocio que había detrás… y lo han conseguido:
de momento, el gurú tendrá que devolver el dinero del curso.


Reflexión final

 

Ya es hora de que nos demos cuenta de que las cosas no son fáciles, que nadie se hace rico en dos semanas y que todo en la vida se construye con esfuerzo, tiempo y dedicación.

A los “gurús” que viven de vender humo… ha llegado la hora de dejar de estafar a la gente.

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